viernes, 24 de octubre de 2014

Pero...¿dónde queda del amor?

A menudo me pongo a reflexionar sobre un tema que siempre despertó mi curiosidad, sobre esas parejas que se unen por comodidad, por tener algún proyecto en común o simplemente porque huyen desesperadamente de una soledad que ven escoltada de derrota.
Aquellos que se aferran y se conforman con un compañero/a como si fuera un último tren por el simple hecho de pensar que no encontrarán “nada mejor” y que han de subirse puesto que si esperan corren el riesgo de tener como camarada en el  viaje a la ya nombrada soledad. O esos otros que enlazan una relación con otra cual Tarzán, de liana en liana temiendo  caer al vacío sin percatarse que no hay vacío más grande que intentar buscar en el exterior lo que no se busca dentro de uno mismo. No se sienten plenos si no tienen a alguien al lado aunque junto a ese alguien no les palpite ni un poquito el corazón.
Los ves atados, mecánicos, como robots acuden al cine cada Domingo con un enorme tanque de palomitas más ardiente que el deseo del uno por el otro y si pones papel de seda en sus miradas puedes calcar una jaula donde ellos mismos han decidido enclaustrarse tirando la llave al mar de la dignidad, el amor propio y todas esas historias que de niños hacían iluminar su futuro y su ilusión.
Van cada tarde de Viernes a la misma terraza cenando lo mismo que el Viernes anterior y sin dirigirse la palabra, ni una mirada, ni una caricia, ni siquiera un mísero pase de mano protectora sobre el hombro o una sonrisa de complicidad infinita… y así, distantes y fríos llaman relación sentimental a la unión de dos extraños condenados a estar juntos. Pero… ¿quién es el verdugo en esta condena? ¿La sociedad? ¿El miedo a luchar por un sueño? ¿El conformismo? ¿el interés? ¿todo junto? Pero… ¿dónde queda el amor? Y no hablo de rutina, hasta la más automática de las rutinas se viste de otro color cuando existe un verdadero amor pero esto no es rutina, es dejadez, abandono...es tener a alguien para ver la tele acompañado, o para practicar sexo con los ojos cerrados mientras la mente se marcha a otros cuerpos o a otros rostros. Egoísmo al fin y al cabo.

Es como cuando te empiezan a contar sus proyectos con una persona y ves que falta gas por todos los sitios y sin mas rodeos preguntas..

- Pero, ¿estás enamorado/a?

-Emmm... bueno…amor lo que se dice amor… estoy a gusto, compartimos aficiones y no me da problemas. (Genial, precioso, ni Gustavo Adolfo hubiese sido tan sentimental).

No se a vosotros, pero esto a mi me da entre pena y asombro. Que el ser humano se acomode, transformando con su actitud su sangre en un río de agua insulsa e impotente intentando correr por sus venas que acaba desembocando en "lo seguro", sin arriesgar, sin valentía y sin pasión. No digo que uno espere sentado y de brazos cruzados al amor de su vida, también hay que buscarlo o agudizar los sentidos para detectar las señales. Al amor al igual que al destino hay que ayudarlo.
Pensando todo esto recordé un capítulo de la famosa serie de los 90 que muchos de vosotros  recordaréis llamada Ally McBeal donde reproduce muy bien esto de lo que os hablo.
 Me dispuse a verlo de nuevo para encontrar quizá una distinta conclusión a la que obtuve de adolescente, a esas primeras veces que pensaba en la vida de los adultos. Quizá la mirada madura me hiciese verlo con otros ojos, con los pies sobre la tierra, atándome a dolorosas realidades, pero ¿sabéis qué? A mis 29 años la conclusión fue exactamente la misma. No puedo concebir la vida o una relación si no existe el amor y preferiría comprometerme con una eterna soledad antes que con una persona que no haga vibrar mi corazón porque ¿qué soledad es peor? ¿La soledad con uno mismo o la soledad junto a una persona que te hace sentir vacío, muerto y frío? Porque despertar al lado de alguien que no amas un día y otro y otro debe ser una muerte lenta y atroz.
Queridos lectores, os paso el enlace del capítulo por si a alguno de vosotros tiene curiosidad por verlo. 
A continuación os narraré lo más destacado de esta historia para que os metáis en ella al igual que si leyeseis un breve cuento moderno. Y aunque no contenga grandes frases ni algo más allá de lo normal, estoy segura que os hará pensar…
Lo haré lo más brevemente posible… bien... ¿todos listos? ¡Comenzamos!

La Abogada Ally McBeal se topa en los pasillos del juzgado con otro abogado llamado Harry, que no pasa inadvertido por su físico, unos 150 kilos de peso. Mientras ambos intercambian unas palabras sobre un caso donde son oponentes Harry lleva su mano al pecho y se desploma, está sufriendo un aparente ataque al corazón y Ally le salva la vida asistiéndole con la conocida técnica del boca a boca.
Días después, Ángela, la futura esposa de Harry (también con sobrepeso y un rostro no muy agraciado) se presenta en el despacho de Ally y le comenta que como agradecimiento a ese gesto tan humano que tuvo con Harry quiere invitarla a la boda que se celebra ese mismo viernes. Ally acepta encantada y Ángela se marcha.



Instantes después aparece Harry en el despacho y le lanza a Ally una pregunta que deja a la abogada desconcertada… “¿alguien como tú podría fijarse en alguien como yo?”
Ally sin saber muy bien qué decir le responde con un “por supuesto” que Harry enseguida interpreta como una respuesta amable para no herirle.
Harry: “Nunca me habían besado así (refiriéndose al boca a boca que le salvó la vida) quiero a Ángela pero no es amor romántico somos buenos amigos que se tienen mucho cariño…es grato estar con alguien que te quiere, es cómodo pero…” y deja ese “pero” en el aire tan vacío como su interior al lado de Ángela.
Continúa comentándole a Ally que le gustaría saber si tiene una mínima posibilidad de tener una cita con ella a lo que ella responde que no lo ve posible…
Mientras ocurren historias paralelas en el alocado bufete de abogados llamado “keys and Fish” pasan los días y Harry vuelve a visitar a Ally…
Harry: “intuyo que eres una persona romántica… ¿recuerdas lo que te dije sobre Ángela? será una gran madre y yo quiero hijos, la quiero, pero es una clase de amor basado en el cariño y la conveniencia, ella nunca hizo bailar mi corazón y sexualmente ni pienso en ella cuando… ¿crees tú que está mal que un hombre contraiga matrimonio con otra mujer no porque sea la ideal sino porque es la única?”
Ally: “Mira, me he comprado un piano y a veces canto una canción que habla de amor a alguien a quien no se conoce pero que sabes que está ahí, nos hacemos pocas promesas de niños pero una de ellas es que iremos al altar con la persona que amemos, con alguien que haga brincar tu corazón y creo que hay promesas Harry, que se deben cumplir…”
Al día siguiente, Ángela alterada y apenada se presenta en el despacho de Ally…
Le expone que Harry ha cancelado la boda quedando impresionado por sus palabras y que ha decidido esperar a la mujer de sus sueños.
Ally: “Veo a amigos que se casan porque sí y porque son buenos compañeros y tienen las mismas ideas sobre educación pública frente a educación privada y ¡¡no puedo aguantarlo más!! Harry debería casarse con alguien a quien quiera más que a su  vida y tú mereces vivir con un hombre que te quiera así.”
Ángela: “las personas como Harry y yo no encontramos al compañero ideal, ¿de verdad cree que hay alguna por ahí dispuesta a cuidar de Harry? Muchas veces, cuando uno lo quiere todo se queda sin nada, recuérdelo la próxima vez que un hombre muy gordo venga a pedirle consejo…”
Ally se queda desolada y pensativa recapacitando sobre lo que Ángela acaba de decirle y mientras le cuenta lo sucedido a una amiga, reflexiona: “puede que yo le haya animado a buscar ilusión y ahora corra el riesgo de quedarse totalmente solo”…
La vida sigue su curso y entre pleito y pleito y distintos casos que lleva el bufete, Harry y Ally se vuelven a cruzar en los pasillos y Ally le aborda con un: “creo que deberías casarte con Ángela, compañía y fidelidad son valores seguros Harry” cambiando totalmente el discurso con el que sorprendió al obeso abogado la otra vez.

Harry sorprendido por este cambio...
Harry: pero… ¿qué hay de mi corazón?
Ally: “si, lo he pensado y…muchas veces la soledad es lo peor para un corazón, escúchame, anoche pensé en todas las amigas que podrían convenirte y me avergüenza decir esto… pero…ninguna de mis amigas soportaría salir contigo…”
Harry: "es por mi peso…"
Ally: "Si, es posible…"
Harry: "¿tú crees que debo conformarme con Ángela?"
Ally: "no debes considerarlo conformarse, no si quieres una familia y una pareja para ti, a veces tenemos que analizar nuestras opciones y determinar cuál es la mejor."
 Con unas incipientes lágrimas en los ojos, apesadumbrado y resignado Harry añade…  “no, si Ángela es una gran chica…y las promesas que nos hacemos de niños son estupideces…”
De repente el rostro de Ally se torna gris porque con las palabras de Harry ha caído en su propia trampa y está presenciando como su sueño y su ideal de amor se desvanece con un hiriente y banal mundo adulto.  La alocada y fantasiosa abogada abanderada del arco iris y el país de nunca jamás está siendo derrotada por una realidad que apuñala sus ilusiones y esperanzas.
En una conversación con el “extraño hombrecillo” como ella lo llama, su compañero de bufete y jefe Jonh keys … 
Ally: "¿Quieres saber lo que pienso John? Creo que el mundo tiene una gran confusión, nos reímos de la gente que busca el amor, aplaudimos la prostitución disfrazándola de independencia femenina…"
John: Este mundo no es un mundo romántico, pero algunas personas sí siguen siéndolo y ellas son nuestra esperanza, no dejes que te gane el mundo Ally McBeal

Por mi parte, nada más que añadir.

Soco Cordente. El blog de Soco Cordente.

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